jueves, 27 de abril de 2017

Imposible

Te quieren hacer imposible marcándote con las garras del prejuicio. Te voy a lastimar sólo por órdenes que me hacen miserable, por órdenes de la sumisión. A tu morbosidad le gusta la sangre de tu sangre. El vínculo que nos une...al final nos separa.
La sangre jamás te impresionó, nunca te dio miedo, nunca te impulsó a llorar cuando veías que desbordaba de tu herida, nunca te dolió el dolor ajeno. Pero el verme por primera vez y la forma en que no llegaban mis respuestas, te hizo sentir lo que la sangre jamás había provocado. Lo que para todxs fue fácil no lo fue para vos, en ningún momento. Y tal vez la duda no fue el no saber qué iba a pasar, luego de aquel encuentro. La duda era más inmensa cuando poblaba el cuerpo entero, cuando la duda se llenaba la boca de silencios y no pronunciaba más que para hacer preguntas...las mismas que llevaban a la inseguridad. Tantos otoños invernales no dieron el calor que sentí en esos actos que se hacían a escondidas. La calidez era solo el nombre exacto que se le daba a ese frío.
Debo confesar que hacía tiempo que no sentía de esa manera, luego de haberte visto. Esos vínculos se harán más fuertes con el caminar de los años, una caminata lenta que sólo lleva a la espera de un nuevo encuentro.
No te prometo nada, pero sí tenes mi palabra de que nos volveremos a ver.